El pasado 25 de noviembre, la comunidad educativa del IES Virrey Morcillo vivió una jornada histórica; recorrimos junto a las comunidades de los otros centros de secundaria , el IES Cencibel y el IES Octavio Cuartero, parte de las calles de Villarrobledo para mostrar nuestra repulsa y compromiso en la erradicación de cualquier tipo de violencia machista. Pocas veces se ha visto en Villarrobledo tanta gente compartiendo camino por una causa tan noble. La marcha finalizó en los Jardinillos municipales con la lectura de un manifiesto elaborado por el Equipo de Igualdad.
1171 puede parecer un número cualquiera pero no lo es. 1171 es el resultado de sumar cada una
de las vidas de las mujeres que han sido asesinadas en nuestro país desde 2003. Casi 20 años,
20, en los que el mundo, incluidos tú y yo, ha seguido creciendo, aprendiendo, amando, viviendo,
todo el mundo menos esas 1171 mujeres asesinadas por sus parejas o exparejas que suponen la
más grave y dramática expresión de las desigualdades entre mujeres y hombres que siguen
existiendo en todo el mundo, también en nuestra sociedad.
Pero detrás de esa cifra, aparecen otras, menos visibles, más pequeñas, que son desconocidas
para la gran mayoría de la sociedad y que están creciendo de forma alarmante mostrando un
repunte de la violencia hacia la mujer en los últimos tiempos. Cifras como las de las seis
violaciones que se producen en España al día, las 446 denuncias diarias por violencia de género
que se reciben o las cifras relacionadas con la violencia vicaria, el acoso sexual, la violencia
psicológica, la discriminación en el ámbito laboral, las intimidaciones como los pinchazos en
discotecas este verano de las que todo el mundo hemos oído hablar...cifras que señalan que la
cantidad de violencia, acoso ,intimidaciones y agresiones es mayor que la cantidad de respeto
que recibimos en toda nuestra vida. Para comprobar esto, no tenéis más que dirigiros a la mujer
más cercana que tengáis, y preguntarle, puesto que una de cada dos mujeres ha sufrido alguna
vez en su vida, algún tipo de violencia machista, únicamente por pertenecer al sexo femenino.
Por esto estamos hoy aquí, para levantar nuestra voz ante esas cifras, ante todos los tipos de
violencia machista y para recordar que uno de los caminos más importantes para acabar con el
machismo que pervive en nuestra sociedad es el de la educación en igualdad, una educación que
no sólo debe darse en la escuela sino que debe implicar a todos los ámbitos de nuestra sociedad
incluyendo el de la familia, el de la política o el de los Medios de Comunicación.
Necesitamos una educación que elimine los prejuicios e ideas preconcebidas sobre el género, los
estándares sexistas como el color rosa y el azul o los juguetes diferenciados porque no, no hay
cosas de chicos ni cosas de chicas. Una educación que muestre los referentes femeninos que se
nos han ocultado en nuestros libros de texto, que revalorice lo femenino, que enseñe que los
espacios domésticos y los cuidados también son asunto de los hombres, que trabaje las nuevas
masculinidades sin el peso de una tradición tóxica que los limita y los reprime.
Necesitamos una educación afectivo-sexual que se base en el buen trato y el respeto hacia el
otro; que nos enseñe que hay que respetar el cuerpo de la mujer y sus decisiones y que cualquier
tipo de contacto sexual debe ser consentido, que un NO siempre será un NO.
Una educación que nos enseñe que hay que estar del lado de las víctimas, que debemos creerlas
y darles nuestro apoyo en todo momento. Hay que enseñar que la culpa de una agresión es culpa
únicamente del agresor, independiente de la hora en la que se esté en la calle o la cantidad de
ropa que se lleve en ese momento.
Necesitamos una educación, en definitiva, en igualdad que forme a personas libres, seguras de sí
mismas y respetuosas con el prójimo.
Por eso hoy, 25 de noviembre, las comunidades educativas de distintos centros de nuestra
localidad nos hemos querido unir para manifestar nuestra repulsa y compromiso firme en el Día de
la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres. Este camino que hemos recorrido juntos es sólo
una parte del que seguiremos recorriendo en nuestro compromiso con la erradicación de todo tipo
de violencia machista, en nuestro compromiso por trabajar desde la educación en igualdad y
respeto entre hombres y mujeres para contribuir a la creación de una sociedad más justa.